miércoles, 15 de junio de 2011

Chico Buarque



La construcción, en resumidas cuentas y en una palabra se pudiera hablar de la descripción del concepto de pasión, de pasión por verse altivo y sentirse frenetico de gracia, hasta quedar así en la raya...

jueves, 2 de septiembre de 2010

Hemos probado caer con paracaídas, poner colchones amontonados, almohadas, rutinas, todo para absorver los golpes en contactos dulzones y suaves, hemos usado guantes, trapos, rumores, todo para no quemarse las manos y seguirlas presumiendo de bellas.

No se si deba perturbarme el negro del cielo a las dos de la tarde, pero igual uso gafas grandes tintadas y me formo en la fila.

Siempre con la esperanza de que no todo sale como se planea, incluso esto, incluso en lo que los enormes minuciosos se empeñan y se descarnan por encaminar.

Siempre hay algo, alguien, cosas que brincan cuando no sabían, siempre hay versos que ensucian donde no querían, siempre hay labios que besan donde no podían, siempre hay locos que escriben cuando no debían.

Siempre hay flores con espinas y manos dispuestas a hacerse daño, siempre hay palabras dispuestas a sufrir malas ideas, siempre hay lenguas duras y pieles suaves, siempre hay uñas negras para heridas transparentes, siempre hay soles para miopes músicos, siempre hay sabanas para magos solitarios, siempre hay dulces para quemar posibles sonrisas y siempre hay verdes para azules y azules para colchones grandes.

Siempre hay algo, alguien, cosas...

martes, 10 de agosto de 2010

Un cuento casi sufí

Recogí a un vagabundo en la carretera. Me arrepentí enseguida. Olía mal. Sus harapos ensuciaron la tapicería de mi coche. Pero Dios premió mi acto de caridad y convirtió al vagabundo en una bella princesa. Ella y yo pasamos la noche en un motel. Al amanecer, me desperté en brazos del maloliente vagabundo. Y comprendí que Dios nos premia con los sueños y nos castiga con la realidad.

>>Gonzalo Suarez<<


Marina Tsvatáieva

A Alia

mi hija

Algún día, criatura encantadora,
para ti seré sólo un recuerdo,

perdido allá, en tus ojos azules,
en la lejanía de tu memoria.

Olvidarás mi perfil aguileño,
y mi frente entre nubes de humo,

y mi eterna risa que a todos engaña,
y una centena de anillos de plata

en mi mano; el altillo-camarote,
mis papeles en divino desorden,

Por la desgracia alzados, en el año terrible;
tú eras pequeña y yo era joven.

viernes, 6 de agosto de 2010

en FIn...

En fin, una señora gritoneaba, otra correspondía, dos niños se miraban, el, de azul, ella, de rosa con moñitos desajustados y el cabello enredado bruscamente y apuntando a todos lados, las palomas bailaban por la calle al mero estilo de thriller, una plaza los esperaba, dos algodones, rosa y azul, daban éxtasis a dos adolescentes, un bolero era un cómico sin manager, los arboles con la mirada fija y de buenos ojos, las bicicletas crecían, los elotes se tostaban, los lunares guiñaban a los ojos, pero...
EN FIN, dos señoras se gritaban, dos niños, sabios, naufragaban en la plaza, viendo a las palomas bailar al mero estilo de thriller.

Un día en la vida de Gonzalo Suárez

El otro día me cito una mujer en su casa. Abrí la puerta y abrió las piernas. Fue una bonita manera de decirme "hola". Pero fingí no advertirlo. Me asomé a la ventana. Había un hombre vestido de luto en la acera. Era el hombre más oscuro que había visto en mi vida a la luz del sol. No presagiaba, por supuesto, nada bueno.
- ¿Lo conoces? -le pregunté.
- No -me mintió. Y sonrió. Tenía tres cosas irresistibles. La voz, los labios y la mirada miope tras los cristales de las gafas. Pero también me gustaba lo demás. Y cuando, al fin, la tomé en mis brazos, el hombre oscuro irrumpió en la habitación y me mató a balazos. Al parecer, ella siempre lo hacía así. Era una manera como otra cualquiera de proporcionarle la mayor intensidad al orgasmo y sin verse involucrada en compromisos sentimentales después.

G. S.

martes, 3 de agosto de 2010

Dialogos de asterisco y guion * -

* ¿Ya amaneció?
- depende
* ¿de que?
- de si tienes los ojos abiertos y veas algo
* ah... y si no?
- entonces duermete y sigue soñando
* y, osea, ¿si ya amaneció y no veo nada con los ojos abiertos?
- estarías ciego
* pero tu me podrías decir si ya amaneció, ¿no es así?
- depende
* ¿de que?
- de si yo no estoy ciego también
* ¿y como vamos a saber?
- escuchando...